PASé AñOS BUSCANDO EL RATóN PERFECTO PARA MI ORDENADOR. PROBABLEMENTE, NO ES EL QUE CREES

El ratón, el teclado y el monitor, forman la santísima trinidad de nuestra forma de interactuar con las computadoras. De hecho, es el dispositivo sobre el que reposa nuestra mano durante horas y horas cada día. Solo por eso, elegir un buen ratón no es algo que se deba tomar a la ligera. La cuestión, por supuesto, es ¿cómo saber cuál es el mejor ratón para nosotros? ¿En qué características debemos fijarnos?

Quizá debríamos comenzar citando la característica en la que nunca deberíamos fijarnos a la hora de comprar un ratón. Esa característica no es otra que el precio. Repitan conmigo: un ratón caro no tiene por qué ser el ratón que necesito. Esta es una verdad que aplica especialmente a los denominados ratones de gaming. Si los jugadores profesionales de videojuegos los usan tienen que ser le leche, ¿verdad? Y sí. Técnicamente son la leche. Solo que es una leche cuyos nutrientes solo los jugadores profesionales van a aprovechar. Para la gran mayoría de los mortales, un ratón de gaming es un dispositivo con prestaciones que no necesitan a un precio que no deberían pagar.

Carlos Zahumenszky

Es muy fácil de entender si lo comparamos con las bicicletas. Una vez sobrepasamos cierto rango de precios, todas las bicicletas son excelentes. ¿Cómo es posible entonces que haya modelos que cuestan 3.000 euros y otros que sobrepasan de largo los 10.000? La diferencia, en muchos casos, radica en sutilezas como unos pocos gramos de peso menos entre el cuadro de un modelo y el de otro. ¿Vas a mejorar tu tiempo si compras una bici 900 gramos más ligera? Yo, desde luego no, pero un deportista profesional o alguien que entrena a diario y gusta de presentarse a carreras seguro que sí. Con los ratones ocurre exactamente lo mismo. Los ratones para videojuegos más caros están pensados para registrar hasta el más leve de los tics de la mano. Su sensibilidad y precisión son fuera de serie; y algunos modelos hasta cuentan con pequeñas pesas internas intercambiables para dotar al periférico del peso perfecto para cada jugador.

Nada de esto tiene la más mínima importancia si no lo vas a usar en un torneo de Overwatch de alto nivel. De hecho, si eres un simple aficionado a los videojuegos probablemente ni siquiera notes la diferencia entre 10.000 y 20.000 Dpi de sensibilidad en un test ciego. Si te gastas más de 100 euros en un ratón de gaming para usarlo con Excel sencillamente estás tirando el dinero igual que lo harías si compras una bicicleta de 10.000 euros y no la usas inmediatamente para subir el Tourmalet.

En ningún momento estoy diciendo que los ratones para videojuegos sean malos o que no debas comprarlos. Todo lo contrario. Tan solo hay que ser consciente de que un ratón de gaming no nos va a ayudar a terminar antes el informe trimestral. Simplemente creo que podemos ignorar por completo la etiqueta "gaming" y comprar igualmente un ratón asequible y de una calidad excelente que se ajuste a nuestras necesidades. Dicho esto, hagamos un repaso a las cuestiones en las que uno debería fijarse a la hora de hacerse con uno de estos periféricos.

Garra o palma

Probablemente la decisión más importante a la hora de comprar un ratón sea dar con el tamaño y forma adecuados, y eso tiene mucho que ver con nuestra manera de sujetar el ratón. Hay personas que lo hacemos con la mano en forma de garra, atrapando el periférico entre los dedos pulgar y meñique. Otras personas gustan de reposar toda la palma de la mano sobre él. No hay un método mejor que otro, pero el tamaño del ratón influye mucho en hacer el agarre más o menos cómodo para cada usuario. Presta especial atención a la altura del ratón. Yo no sabía hasta qué punto es importante hasta que no cayó bajo mi mano un Logitech especialmente alto y me di cuenta de que me viene mejor reposar parte de mi garra sobre él.

La altura del ratón es determinante para un agarre cómodo.

En esto del tamaño no hay fórmulas mágicas porque cada persona tiene diferentes manos y hábitos. Lo mejor es ir a una tienda fisica y probar diferentes ratones. Si eso no es posible, mide las dimensiones de tu ratón favorito y compáralas con las de los que mires por Internet.

En cuanto a la forma, yo no le di mucha importancia hasta que descubrí los ratones con una especie de pestaña en el lateral (concretamente uno de los primeros Mad Catz R.A.T.). Esa pestaña está pensada para que reposes en ella el pulgar, y debo reconocer que tras probarla ya no me siento cómodo con los modelos que no la tienen.

Imprescindible hacer una acotación aquí sobre los ratones verticales como el Logitech Lift o el Lenovo Go Ergonómico. Se trata de ratones en los que la mano reposa casi vertical sobre el periférico, un poco como si estuvieramos sujetando un vaso con la mano reposando en la mesa. Los expertos en ergonomía aseguran que esa es la posición natural de la mano, y no con la muñeca girada casi 90 grados sobre un ratón convencional. En su día probé el Logitech Lift, y debo reconocer que es comodísimo, pero me asusta un poco la perspectiva de acostumbrarme tanto a él, que ya no sea capaz de usar uno normal. Por fortuna, ese miedo cada vez es mas infundado, porque los ratones verticales han llegado para quedarse y no parece que vayamos a tener dificultad para encontrarlos en el futuro. Si pruebas uno y te gustan, no lo dudes.

Número de botones y rueda de scroll

Los ratones normales tienen dos botones y una rueda de scroll entre ambos. A partir de ahí solo el cielo y la excentricidad son el límite. Hay ratones para videojuegos masivos en mundo abierto (lo que se conoce como MMO por sus siglas en inglés) con 12 botones adicionales al alcance del pulgar en el lateral. Es el caso, por ejemplo, del Razer Naga V2 Pro o del Corsair Scimitar Elite RGB.

He probado esos ratones y, aunque reconozco que son útiles para lanzar conjuros más rápido en World of Warcraft, su utilidad se desvanece bastante cuando salimos de Azeroth. Mi ratón de referencia ahora mismo (un Logitech MX Master 3S) tiene dos botones y una segunda barra de scroll en el lateral, y reconozco que no las uso tanto como me gustaría. Usar todos los controles de un periférico es algo a lo que uno se habitúa con el tiempo y el uso.

Como ocurría con las bicicletas, a partir de cierto precio es raro que un ratón tenga malo botones en el sentido de calidad de fabricación. Lo que sí que puede ocurrir es que no te guste su sonido o su tacto. De nuevo, es importante probar el dispositivo antes de comprarlo. Para esto ni siquiera hace falta que esté encendido.

Lo que sí merece algo más te dé atención es la rueda de scroll. Normalmente las ruedas de scroll giran en pequeños pasos que se sienten al moverlas con el dedo. Sin embargo, hay modelos de rueda que giran libremente y permiten hasta dar impulso a la rueda y dejarla correr libremente, lo que suele ser ideal para avanzar por documentos muy largos. Algunos modelos de ratón hasta permiten intercambiar entre un modo de funcionamiento y otro. Yo ya no podría trabajar sin rueda de scroll libre, pero hay gente que prefiere la precisión de las que avanzan clic a clic. Decidir entre una y otra a menudo requiere probarlas ambas.

Otros ratones convierten la rueda de scroll en un botón adicional al presionarla. En la mayor parte de aplicaciones, este botón permite entrar en un modo de scroll en el que podemos desplazarnos moviendo el ratón en lugar de la rueda. Su utilidad depende de cada usuario. Lo mismo ocurre con las ruedas de scroll adicionales, que permiten seleccionar objetos en determinados menús o desplazarse horizontalmente si el documento lo permite. Este tipo de controles no es en absoluto necesario, aunque puede añadir mucho valor en aplicaciones muy específicas. Conviene recordar, eso sí, que todos estos botones requieren configuración.

¿Es necesaria una segunda rueda de scroll? Normalmente no.

Finalmente están los ratones que en lugar de rueda de scroll tienen una superficie táctil que permite desplazarnos de ariba a abajo y hasta de derecha a izquierda. El caso más famoso (o infame) es el del Magic Mouse de Apple, pero hay otros modelos como el Microsoft Tactil Mouse (hoy ya descatalogado) o el Microsoft Arc Touch. Después de haberlos probado los tres, creo (y es una opinión personal) que este tipo de dispositivos táctiles no responden de manera tan consistente como los que tienen rueda de scroll convencional, pero para gustos se hicieron los colores y los ratones.

Imposible cerrar este apartado sin mencionar los ratones tipo trackball. En estos periféricos en lugar de tener un sensor óptico bajo el dispositivo, este queda inmóvil y el usuario mueve el cursor rozando una bola con el dedo pulgar. Conozco a gente que los usa habitualmente y habla maravillas de ellos, pero yo nunca he podido acostumbrarme.

Conexión y baterías

A día de hoy hay tres tipos de ratón en función de su tipo de conexión: USB, radio (los típicos que usan un receptor USB a 2.4Ghz) y Bluetooth. Los ratones de gaming suelen recurrir al cable porque la señal es más estable, pero para un uso normal creo que la libertad de usar un ratón sin cables merece la pena. Si optamos por un inalámbrico prefiero las conexiones de radio dedicadas, pero eso requiere un puerto USB adicional que no todos los equipos tienen disponible. Para estos últimos siempre están ls ratones Bluetooth. Aunque la conectividad de este tipo ha mejorado mucho en los últimos años sigue siendo la menos fiable y más sensible a interferencias.

Hay ratones que ofrecen los tres tipos de conexión y hasta permiten conectarse a tres dispositivos independientes con cada una de ellas, cambiando entre uno y otro con ayuda de un pequeño botón. Son útiles si trabajas con varios PC o con alguna tableta adicional.

Los ratones inalámbricos necesitan una fuente de energía propia, lo que nos lleva a dos opciones disponibles: pilas o baterías recargables. Mi experiencia con los ratones a pilas (y he tenido decenas de ellos) es que siempre duran menos de lo que el fabricante dice, y es un fastidio tener que cambiarlas. Eso por no mencionar el posible caso de que alguien en casa haya agotado las pilas y no haya comprado más. Tener que matar el mando a distancia de la tele para poder seguir trabajando nunca contribuye a alegrar el día de nadie.

Mi recomendación es optar por modelos con batería recargable. Son un poco más caros de los que se alimentan de pilas y su autonomía también está siempre por debajo de la que especifica el fabricante, pero al menos puedes seguirlos usando mientras se cargan. La única excepción a esto es el Apple Magic Mouse, cuya ubicación del puerto de carga no comentaré aquí porque estamos en horario infantil.

A vueltas con la sensibilidad

Con este repaso ratonil llegamos al último punto, que no es otro que la famosa sensibilidad del sensor que el ratón tiene bajo el dispositivo. La sensibilidad se mide en píxeles por pulgada (DPI por sus siglas en inglés) y lo más gracioso es que en realidad tiene bastante poco que ver con la sensibilidad. Lo que mide es la cantidad de píxeles que el cursor recorre cuando nosotros movemos el ratón una pulgada en una dirección concreta. Así, en un ratón con 800 DPI, el cursor en pantalla se moverá 800 píxeles por cada pulgada que nosotros movamos el ratón.

Cada ratón tiene diferente sensibilidad.

La sensibilidad es útil porque nos ayudan a desplazar el cursor por toda la superficie de la pantalla sin tener que sacar el ratón de la alfombrilla o estirar el brazo fuera de la mesa. La cara B de esto es que una sensibilidad excesiva hará el ratón incómodo de manejar porque el cursor volaría de un lado a otro de la pantalla al más mínimo de nuestros movimientos.

Para complicar más las cosas, la sensibilidad depende también de la resolución de nuestra pantalla. Mover una pulgada un ratón con 800 DPI hará que el cursor recorra prácticamente toda la pantalla de un lado a otro en un monitor FullHD, pero apenas nos moverá un poco en una pantalla 4K, o en un monstruoso monitor panorámico de 5120 x 1440 píxeles. Para rematar, la velocidad del puntero también puede ajustarse por software.

La mayor parte de usuarios no requiere más de 1.200 o 1.600 Dpi para operar el ratón con total normalidad. En caso de que la sensibilidad sea algo crucial para ti, no viene mal poder ajustarla sobre la marcha por hardware. Los mejores ratones suelen tener un botón específico para ello. Elegir ratón es una cuestión muy personal que requiere de muchas pruebas, pero siempre es bueno tener alguna referencia por la que empezar. A continuación os ofrecemos una selección de ratones para que pruebes.

Logitech MX Master S3

Para mi gusto, el mejor ratón del mundo para trabajar. Es cómodo, grande, y tiene más botones de los que probablemente necesites nunca. Lo mejor es su rueda de scroll configurable y la posibilidad de usarlo con hasta tres dispositivos. Se carga por USB-C y su sensibilidad alcanza los 8000 Dpi. No es especialmente barato, pero difícilmente te arrepentirás de haberlo comprado. Cuesta 90 euros ahora mismo (costaba 135 en origen).

Logitech M720 Triathlon

Básicamente, es el MX Master S3, pero sin tanta fanfarria y con los DPI reducidos a 1.000. Por lo demás, es un ratón excelente con 8 botones (uno de ellos oculto en el chasis como en el MX) y conectable a tres dispositivos simultáneamente. Cuesta 52 euros.

Microsoft Sculpt Comfort

El Microsoft Sculpt Ergonómico (L6V-00001) es un poco demasiado alto para mi gusto, pero el Sculpt Comfort, más bajito, es casi igual de cómodo y cuenta con la misma conectividad Bluetooth a un precio muy razonable. 64 euros.

Microsoft Surface ARC

Me enamoré del Arc Touch original cuando Microsoft lo presentó allá por 2010. Su sucesor, rebautizado para acompañar a las computadoras Surface, sigue siendo uno de los mejores ratones de viaje que existen. Se transporta en plano y cuenta con una superficie táctil programable. Probablemente no es para trabajar a diario, pero para uso ocasional es perfecto. Cuesta 95 euros.

Razer Deathadder V3 Hyperspeed

Todos los ratones de Razer están enfocados en el gaming, pero los Deathadder son probablemente más discretos y contenidos en precio. El V3 Hyperspeed combina una conexión inalámbrica de baja latencia con un diseño contenido y hasta 100 horas de autonomía nominal. Cuesta 99 euros.

Keychron M3 Mini

Un ratón inalámbrico pequeño pero potente que integra los tres tipos de conexión habituales y hasta 70 horas de batería. También añade las ventajas de un ratón de gaming (sensibilidad de hasta 26000 DPI) sin vaciar tu cartera. Cuesta 54 euros.

Roccat Kone Pro Air

Existe una versión más asequible que se alimenta de pilas AAA (el Kone Air, por 49 euros), pero el Pro Air tiene la ventaja de baterías recargables y unas prestaciones muy decentes a un precio aún contenido. 59 euros.

Corsair Harpoon

Cerramos la lista con un ratón inalámbrico de Corsair que limita sus prestaciones de gaming a seis botones programables y 10000 DPI, pero que es más que suficiente para uso general. Por otra parte, más de la mitad de mi PC lleva componentes Corsair, y nunca me han fallado en 4 años. Las baterías de este ratón duran 60 horas según el fabricante y cuesta 49 euros.

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